Agüero será jugador madridista. Y lo sabe Gil Marín y toda la afición colchonera. Agüero no ha pedido tres días más de vacaciones. Gil Marín le ha dicho que no lo va a traspasar en la semana de la previa para montar un numerito en el Calderón. Florentino quiere a Kun Agüero. Desde hace mucho tiempo. Sergio (sus agentes) tiene firmado un precontrato con el Real Madrid desde el mes de febrero. La opción del City nunca ha sido opción para el Kun. Gil Marín lo sabe. Salen a escena sólo para forzar por parte del Madrid que el Kun diga que sólo quiere jugar en la casa blanca. Y así será. Ni Kun va a vender su casa de La Finca, ha invertido 5 millones de euros en ella, incluso ha comido reiteradas veces con José Ángel Sánchez. No es culpa de Kun ni del Madrid que el Atlético esté atado de pies y manos y no pueda fichar a nadie, si no de la tozudez del veterinario, quien cree que esto será la gota que colme el vaso en los ánimos del aficionado. Ojalá fuese así, pero si esta afición ha consentido la marcha de Torres o De Gea, por culpa de la ineficaz gestión de Gil Marín y Cerezo, tampoco pondrá la voz en grito por la salida del Kun hacia Concha Espina. Es obvio que esta situación de desgaste puede incluso estar pactada por Gil Marín y Kun. Toda esta estrategia ha llevado a cansarnos a todos los atléticos, deseando que el Kun se vaya incluso a la casa blanca para vertir toda nuestra mala leche sobre el argentino. Al final todas las partes estarán contentas. El Kun por poner rumbo a la Central Lechera. Gil Marín por llenarse la cartera y no gastar ni un euro y traernos a futbolistas tipo Diego Ribas, Riera o Güiza a bajo coste y el aficionado al ver cómo se deshace de un traidor.
Una película que el mismo Cerezo hubisese firmado. El perjudicado, como siempre: El Atlético de Madrid. Así son las cosas, así Gil Marín las ha perpetrado.