miércoles, 17 de septiembre de 2008

Con olor a copa de Europa


La última vez que escuché a Mercury fue en 1997. 19 de Marzo de de 1997. Y todo estaba preparado para una gran fiesta. Quién lo diría. Los bares estaban a rebosar. Por aquel entonces la liga de campeones sólo la jugaban los campeones de liga. Lo de ahora es un chanchullo para generar dinero. Curiosamente un equipo holandés era el rival. El Ajax de Amsterdam. La noche en la que Dani Carvalho hizo su único y mejor partido como profesional. Esa misma tarde Francisco Narváez fue infiltrado en sus maltrechos tobillos. No se quiso perder el partido por nada del mundo. Once metros separaron de la gloria a un equipo que estaba más cerca de lo que creía de conseguir su primera Copa de Europa. El tiempo – a posteriori- hizo campeón a un Borussia Dortmund que cayó derrotado sendas veces por el equipo rojiblanco de Madrid.

Después de todo aquello comenzó la debacle rojiblanca. El descenso a segunda división. Las risas de los amigos todos los domingos. El mendigar buscando bares en los que televisaran el Atlético de Madrid contra el Córdoba. Las bromitas del vecino.

Once años han tenido que pasar. Once difíciles años en los que poco a poco ha ido alzando la cara y el escudo el equipo rojiblanco madrileño. Un centenario sombrío. Una cantata perdedora de Sabina. La marcha de un ídolo a tierras británicas. Once años de idas y venidas hasta poder volver escuchar al amigo Freddy. Curiosamente ante el otro equipo holandés. El de los televisores.

Hoy de nuevo, lo bares estaban llenos, la gente reía y admirada, gritaba los goles del diez. Pero esta vez el delantero argentino que defiende la rojiblanca no es cualquier desecha de tienta del Bernabéu, no. Esta vez tenemos al mejor jugador del mundo, el encargado de devolver al Atlético de Madrid al lugar que se merece, no le digan Agüero, llámenle Kun, Rey Kun.

Papá, por eso somos del Atleti.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Teoría del espejismo


Según la segundo acepción de la RAE: ilusión (concepto o imagen sin verdadera realidad). Todo esto nace tras el partido frente al diezmado Schalke 04 el pasado miércoles. Ayer, el rival puso todo de su parte para que este equipo siguiera inmerso en un estado de euforia pasajero. Hemos de quitarnos la venda, antes de que más de uno gaste cuantiosas cantidades en las casas de apuestas. De la noche a la mañana, un fubolista casi retirado, Maniche, pasa de ser eso, un desecho de tienta, a el crack del centro del campo. Mentira, todos sabemos que el fuelle sólo le durará diez partidos más. Un equipo construido sin laterales y sin un banquillo que ofrezca garantías. Todos sabemos que no hay dos jugadores por puesto, a excepción de los medio centros y la portería. Como siempre, un equipo descompensado, que si sufre un par de lesiones acabará descompuesto. Cuando Maniche no tenga fuelle, cuando Simao desaparezca y falte uno de los de arriba, ya veremos qué ocurre. Un equipo sin un armador de juego es un coche sin volante. Una verdadera lástima. Todos sabemos que a este equipo le falta un 10, dos laterales y un extremo suplente. Con Sinama hay una buena opción en las segundas partes, y confío en Borja González, el hijo de Bastón para que irrumpa antes de tiempo. Del mismo modo, si Keko creciera sería ese extremo que necesitamos. Pero el 10 y los laterales ni están ni se les espera, depender de Pernía, Valera, Seitaridis y Perea nos va a costar más de un susto esta temporada. Confiar en Banega como 10 no lo veo. Todos los panegíricos de estas semanas tornarán, en breve, en dilapidaciones desde los medios. Recordarán que a este equipo le falta un 10, los tan ansiados Diego o Riquelme. Parece mentira que estando ante la oportunidad de rematar por fin una buena plantilla,se van a quedar, como siempre, en el camino. Como el dinero que han conseguido en la clasificación para la Champions. Mucho me temo que, como es habitual en esta gente, y a pesar de que suenen campanas de buenas nuevas, de nuevo, y por otro año más, nos encontramos ante el timo de siempre, lo dicho, un espejismo.