
Sí. Por permitir todo tipo de vejaciones. Por aguantar la desidia, amarga, de comprobar el homicidio de este club. Una vergüenza. Una auténtica vergüenza que va desde aficiondaos, periodistas y todos los que empatizan con el Atleti. Parsimonia. ahí reside el problema. Una vergüenza. A los pocos cuerdos se les insulta o degrada. Quedan pocos románticos:S eñales de humo, Infierno rojiblanco, plataforma salvemos al calderón. Pocos en comparación con la masa social que se jacta de ser atlética. No importa que echen a Aguirre. Es lo mismo que Pitarch se vaya. Mientras perduren los sinvergüenzas que se apropiaron indebidamente del Atlético de Madrid. Los aficionados, esos aficionados que vendrán a recoger las exequias del Atlético en un lugar de Madrid, de cuyo nombre no quiero ni aprenderme: la peineta.
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