domingo, 18 de marzo de 2012

Lo que la verdad esconde.



A cinco días del primer trimestre del Cholo Simeone como entrenador del Atlético de Madrid y tras la derrota de esta tarde ante el Mallorca, estamos en condiciones de analizar qué ha supuesto la llegada del argentino al Vicente Calderón.

En primer lugar, y tras las dudas que muchos tenían de la valía de Diego Pablo como entrenador, hemos de decir que su sola presencia en el banquillo ha insuflado en los futbolistas ese ánimo y carácter del que goza el bonaerense. Eso a lo que llamamos identidad y que con Manzano no existía, de nuevo, se ha respirado por las gradas del Calderón, claro que... no sólo de arrestos se puede servir una plantilla, como siempre, mal planificada como bien acostumbran Gil Marín y Cerezo, en esta ocasión Caminero mediante.

Es cierto que este equipo no pudo conjuntarse hasta bien entrada la temporada tras el descalabro de Kun Agüero, es cierto que a Manzano no lo querían ni Cerezo, ni Gil Marín ni Caminero pero fue a lo único que pudo optar esta sociedad anónima dirigida por dos apropiadores indebidos, si bien, cuando la pelota echa a andar no queda otra que buscar la portería comtraria y comenzar a jugar a esto del deporte rey.

Manzano, ese psicólogo de perfil bajo, entrenador de equipos medianos, fue fiel a lo que se esperaba de él, buenas palabras, cierta ilusión y poco, pero que muy poco discurso futbolístico más allá de querer implantar un sistema de juego que no es acorde con la historia del Atleti ni con los futbolistas que hoy en día están en la plantilla.

Resultado: travesía en el desierto durante la primera vuelta, ridículo en copa del rey, descrédito del vestuario y buena imagen el UEL, al César lo que es del César, por lo que Manzano estaba cesado casi desde la derrota en el Camp Nou, donde su equipo no fue fiel a ese estilo que predicaba.

El Cholo y el Cholismo: y volvió el hijo pródigo a casa, en una solución que se estimaba como el nuevo paraguas de la familia Gil y Cerezo, resulta que poco a poco va cuajando en el vestuario esa idea de equipo aguerrido, batallador y mordaz que caracteriza al argentino como santo y seña. Lo primero: buscar la consistencia defensiva. Lo segundo: poner a los que juegan al fútbol sin importar su edad ni nacionalidad. Lo tercero: resucitar a los muertos (Godín, Juanfran, Tiago y Miranda). Problema: Una plantilla muy corta, sin recambios en la delantera, con un Silvio lesionado y con un centro del campo donde abunda los medios de corte defensivo y no existen extremos puros para el contragolpe.

Resultado: Mientras hay gasolina  y las lesiones te respetan este equipo carbura, los Diego, Turan, Adrián, Falcao y Koke te garantizan fútbol, ahora bien, si este equipo se hubiese reforzado en invierno con un Borja Valero, se le hubiese dado la baja a Salvio y se hubiese apostado por Diego Costa, probablemente, otro gallo cantaría, pues muchos de los puntos que nos hemos dejado en el camino, véase el caso de hoy frente al Mallorca o los partidos frente a Sporting y Santander estarían en nuestro casillero y estaríamos en zona champions.

Problema: como indicamos anteriormente, y después de las palizas que se ha pegado este equipo en la UEL, los futbolistas andan muy justitos y debida a la mala planificación deportiva, habitual en la dictadura de la familia Gil, se salvará la temporada si se juega la final de la UEL y me temo que con suerte acabaremos 5º 0 6º en la liga, pues la plantilla está muy justa y las lesiones de Diego o Turan hacen mucho daño a un equipo descompensado.

Futuro: como es habitual, poco se puede vaticinar de un equipo que tiene la mayor deuda contraída con Hacienda en la liga española y dirigido pro Gil Marín y Cerezo. Sabemos que venderán a alguna o todas sus estrellas y comenzarán de cero un nuevo proyecto que, como siempre, vendrá dado de una compraventa de futbolistas en las que la entidad saldrá perdiendo, se le seguirá debiendo un pastizan a Hacienda, mientras sus dirigentes se seguirán llenando los bolsillos. No me extrañaría nada que el cholismo, en breve, y de boca de todos esos pseudoperiodistas como Manuel Esteban que han ido vendiendo su fidelidad a esa nueva religión rojiblanca, torne en decepeción y el argentino hiciese las maletas hacia Roma en verano, pues pinta a que los Falcao, Adrián y cía están de paso por este club donde lo único que la verdad esconde es que la existencia del mismo se ha visto reducida a ser un centro comercial de futbolistas y ya poco queda de aquella entidad llamada Atlético de Madrid.

Nada tiene que ver la derrota ante el Mallorca de hoy con lo que vendrá encima en unos meses, pero por si no lo saben, la deuda contraída con Hacienda puede llevar incluso a la desaparición del club. Pero bueno, eso es algo que a los periodistas deportivos no les interesa hablar, de momento...

Y la pena, la gran pena, es que el aficionado rojiblanco siga anestesiado con todo este fuego de artificio y van ya unas cuántas décadas...sólo nos queda esperar.

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